¿Qué tienen los dioses y las leyendas nacidas en la antigua Grecia, hace 2.500 años, para que hayan fascinado a los grandes artistas de todos los tiempos?
¿Ha sido la búsqueda incesante de los primeros escultores griegos para encontrar la belleza y la perfección de las proporciones del cuerpo humano tomando como modelos a sus propios héroes y dioses?
Realmente creo que así fue.
El magnetismo, el poder de atracción de la cultura griega se funda en su dimensión humana, en su apego por la medida de lo humano, en su afán por “humanizar” a sus propios dioses.
La conocida frase de Protágoras de Abdera (siglo V a.C.) el ser humano es la medida de todas las cosas en un claro reflejo de ese afán por conseguirlo hicieron un esfuerzo de comprensión, de racionalización y de síntesis extraordinaria que les llevó a iniciar caminos que nadie hasta entonces se había atrevido ni siquiera a imaginar.
Los antiguos griegos nos han legado un repertorio de mitos extraordinariamente rico. En cada relato late su corazón y en cada palabra su alma. Un alma completamente humana, nada propensa a la ensoñación que producen unos dioses lejanos, inaccesibles, que, con frecuencia tienen aspectos y formas improbables.
Los dioses griegos nos siguen cautivando, sin importar el tiempo ni el espacio, porque explican nuestros propios sueños, los sueños de la especie humana. Los sueños de quienes habitamos este planeta al que ellos llamaron GEA (Gaîa), es decir la Tierra, la gran diosa a la que imaginaron como madre de todos nosotros, de los hombres y, también, de los dioses. (Souvirón, Profesor de griego y de latín en la UNED).
El gran neoclasicista francés Jacques-Louis David dijo: los artistas griegos no se han distinguido inventando nuevos tipos, sino perfeccionando continuamente los ya conocidos.
Desde los romanos hasta nuestros días estas esculturas siguen transmitiendo la misma magia y el mismo poder de seducción que entonces, una belleza que es intemporal que sigue fascinando al público, y que al mismo tiempo, los artistas del Renacimiento les han dado vida con una deslumbrante luz propia en forma, perspectiva y armonía de colores, dispuestos siempre a experimentar con técnicas distintas y conseguir que el espectador retenga su mirada y disfrute del trabajo del artista que quiere conseguir emocionarle, transmitirle un sentimiento de belleza contemplativa.
Concepto neoplatónico de la belleza, que es la aspiración humana hacia un ideal superior, accesible a través del Arte. El artista es el “héroe de la modernidad cuya principal cualidad es el anhelo de la belleza ideal". (Charles-Pierre Baudelaire, poeta y crítico de Arte).
Baudelaire era muy crítico con el concepto de “moda” por ser efímero.
Pienso que el pintor tiene que intentar conseguir, con sus obras, la intemporalidad. Conseguir lo más difícil, que su Arte sea admirado siempre a través de los tiempos.
Onésimo Colavidas.